CORTEJO DEL BARRO
CORTEJO DEL BARRO
(Redondillas)
Como puede no ser barro
se lo observa en el espejo,
se acaricia muy parejo y
suavemente. Lo primero.
.
Cada día se repasa
de la periferia al centro ,
presionándolo hacia adentro y
concentrándole la grasa.
.
Poco a poco comprimiendo,
dulcemente hay que apretarlo,
con ternura y sin herirlo.
Que no duela. Con cuidado.
.
Si mantiene un color rosa,
entre pálido y de miel,
es seguro que la piel
no dañamos en gran cosa.
.
Pero si se pone rojo,
apretamos demasiado...
y es mejor dejar de lado
por un tiempo los trabajos
.
Paso a paso la temida
bola apuntará amarilla.
Continuemos por la orilla
de la masa comprimida.
.
Cuando torna blanquecina
es el tiempo en que madura,
ya está a punto y casi cura.
Viene el acto en que culmina.
.
Qué feliz momento… ¡vaya!
Lento, casi no queriendo,
lo apretamos con los dedos,
disfrutando como estalla.
.
Son una o varias explosiones
de crecientes apretones.
Salta grasa a borbotones...
¡Sangre y grasa en salpicones!
.
Se respira en forma densa,
se hace prensa con los dedos,
ojo en blanco y salivando,
no se escape nuestra presa.
.
Vamos por el centro duro,
madreperla oculta al fondo
que genera en lo profundo,
vez tras vez, el barro impuro.
.
Hay que extirparla de raíz,
destrozando si es el precio.
Porque sabe cualquier necio
que ignorarla es gran desliz.
.
Se desflora a uña el poro.
Se socava con fruición,
en profunda exploración,
mane grasa, sangre o suero.
.
A esta altura nada importa,
sea dolor o cicatrices.
O arrancarnos las narices.
Si no sale ¡Pues se aprieta!
.
A exprimirrrr la grasa inmunda,
a amputarrrr la mancha impía.
¡Por la intacta cara limpia.
¡Por la faz desfigurada.
.
¡A cruzada... A la orgía!!
¡¡¡ Muerte al barro, AL BARRO GUERRAaa...
Como puede no ser barro
se lo observa en el espejo,
se acaricia muy parejo y
suavemente. Lo primero.
.
Cada día se repasa
de la periferia al centro ,
presionándolo hacia adentro y
concentrándole la grasa.
.
Poco a poco comprimiendo,
dulcemente hay que apretarlo,
con ternura y sin herirlo.
Que no duela. Con cuidado.
.
Si mantiene un color rosa,
entre pálido y de miel,
es seguro que la piel
no dañamos en gran cosa.
.
Pero si se pone rojo,
apretamos demasiado...
y es mejor dejar de lado
por un tiempo los trabajos
.
Paso a paso la temida
bola apuntará amarilla.
Continuemos por la orilla
de la masa comprimida.
.
Cuando torna blanquecina
es el tiempo en que madura,
ya está a punto y casi cura.
Viene el acto en que culmina.
.
Qué feliz momento… ¡vaya!
Lento, casi no queriendo,
lo apretamos con los dedos,
disfrutando como estalla.
.
Son una o varias explosiones
de crecientes apretones.
Salta grasa a borbotones...
¡Sangre y grasa en salpicones!
.
Se respira en forma densa,
se hace prensa con los dedos,
ojo en blanco y salivando,
no se escape nuestra presa.
.
Vamos por el centro duro,
madreperla oculta al fondo
que genera en lo profundo,
vez tras vez, el barro impuro.
.
Hay que extirparla de raíz,
destrozando si es el precio.
Porque sabe cualquier necio
que ignorarla es gran desliz.
.
Se desflora a uña el poro.
Se socava con fruición,
en profunda exploración,
mane grasa, sangre o suero.
.
A esta altura nada importa,
sea dolor o cicatrices.
O arrancarnos las narices.
Si no sale ¡Pues se aprieta!
.
A exprimirrrr la grasa inmunda,
a amputarrrr la mancha impía.
¡Por la intacta cara limpia.
¡Por la faz desfigurada.
.
¡A cruzada... A la orgía!!
¡¡¡ Muerte al barro, AL BARRO GUERRAaa...
...si quedamos como garra,
siempre está la cirugía.
....................................
......
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siempre está la cirugía.
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-posted by grandchester @ 2/27/2006 05:03:00 p. m.
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