martes, noviembre 13, 2007

CAMINANDO POR EL PARQUE




CAMINANDO POR EL PARQUE
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Acaso camino o me arrastro? Acaso no vuelo?
Qué es lo que me hace, del alba al ocaso,
seguir amarrada a este suelo?
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Si veo, segura, como mis alas inmensas
conquistan estrellas.
Si veo en la letra y las ciencias subir las ideas,
si veo en el orbe crecer a los hombres.
Si enteros, tenaces, siempre al final
se cuajan los sueños.
¿Qué es aquello que hace añicos mis plumas
apenas si baten?
¿Por qué los combates?
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Si todo anhelo imposible del Ser,
si todo castillo de humos difusos,
siempre condensa el trabajo en diamantes?
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Cierta los miro, sin dudas.
Cierta lo veo…
¡…al hombre lo esperan los soles…!
Pero el pálido ciego, sangrando en el polvo,
se cierra a sí mismo el cerrojo.
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Camino en el parque dolida, pateando las piedras
(cada una un tesoro forjado en la nova,
cada una la herencia, el arma grandiosa,
que deja en las manos el Padre
al Torpe Infante Brutal)
y en frente de mí El Infinito paciente esperando
pregunta -¿Ya va a despertar?
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-Tranquilo- Le digo.
-Sigue jugando a las guerras.-
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Mientras El Todo le observa,
un niño sangriento devora su propio excremento,
y afirma a miles de bocas, muy serio…
-No pararé hasta ser un imperio.-
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Tonto, tunante ignorante,
pospón un minuto tu amor al poder,
levanta la frente, vence a la muerte,
y después…
…veremos qué hacer.
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